jueves, 9 de julio de 2009

Laura Fidalgo y un music hall a ritmo de hip hop







Vedette. Se presenta en el Metro con "Morocha argentina"

"En ningún momento hay una pluma, ni una lentejuela: a lo sumo puede haber un brillito. Tengo una bajada de escalera, pero no es de vedette". Así presenta Laura Fidalgo su show "Morocha argentina", que estará desde mañana en el Metro.
Más que una revista es un music hall. La base musical es hip hop y reggaeton, pero también hay un tango, que es Morocha argentina, y alguna salsa, pero todo fusionado desde lo moderno. Con este espectáculo, la hermosa vedette argentina echó a andar su propia compañía, creando un producto que le permitiera sacarse todos los gustos.
"Este es mi espectáculo, porque como digo en el monólogo, en este momento me siento la soñadora de Bailando..., porque para mí era un sueño que tengo desde chica: poder tener mi propia compañía. Esto no es una revista, y aquí lo que más me seduce es que me puedo mostrar más allá de la faceta de la danza".
La artista, que canta, actúa y baila en esta Morocha argentina, se presenta escoltada por sus bailarines, su soñador, Miguel Brandan, y por Martín Bustos, más conocido como "El Pastor Quemau", quien fue el ganador del programa Talento argentino gracias a sus eficaces monólogos humorísticos.
"En otros espectáculos tenés que hacer determinadas coreografías, que algunas las podés sentir y otras no. Pero acá lo que hago es realmente lo que tengo ganas. Además, quise poder mostrar mis tres facetas, en el canto, la danza y la actuación, aunque más allá de todo es un espectáculo basado totalmente en el humor", observa la bailarina.
Con la libertad que le permite llevar adelante su propio grupo, Fidalgo procura con esta obra que no la encasillen como bailarina. "Esta es una carrera donde no hay techo, todo el tiempo hay que prepararse, estudiar. Aquí me van a conocer también desde mi faceta humorística como actriz".
Morocha argentina incluye también una salsa y una sátira actuada sobre cómo se conocieron Fidalgo y su soñador, que la presenta Marcelo Tinelli con voz en off. También se sumó al grupo Abbamanía, que canta los éxitos del cuarteto nórdico, con la idea de equilibrar el hip hop con lo retro.
"Lo que más hay parecido a una revista es un sketch, pero no está hecho desde lo burdo. A mí no me gustan los chistes obvios, ni lo grosero. No sólo porque buscamos que sea para todo público, sino también porque a mí siempre me gustó lo estético, lo fino. Por ejemplo, hay una parte en la que dos bailarinas realizan un juego entre ellas, como dos maniquíes: pero no llegan a tocarse. Todo lo hacemos desde un lugar que se insinúa pero no es lo obvio. Es como lo que a mí también me gusta de una mujer: que es más sensual cuando se insinúa que cuando se le ven las lolas. Aquí busqué que todo sea refinado, y moderno".
Refinamiento fue justamente lo que Pinti remarcó de ella para elegirla como vedette para el Maipo, desde donde impuso un nuevo canon: "Cuando me seleccionaron fue porque destacaron de mí una cosa refinada y con personalidad. Creo que reivindiqué a la vedette, que estaba bastardeada. Porque hubo vedettes que no bailaban, que era sólo pasar. Yo le puse estatura, elegancia, pero detrás de ello había preparación".
"Si es cara, lolas, cuerpo: pasarela. Pero en el escenario, tenés que tener presencia, disciplina, preparación. Hoy en Buenos Aires también la vedette está muy bastardeada, pero yo me corro de ese lugar, porque quiero conservar una magia. Lamentablemente hoy van todas muy desnudas: no hay nada por descubrir", afirma la artista con convicción.
Fidalgo se presentó junto a Pinti en El Galpón en los años 90, sin embargo, muchos la tendrán más presente por la televisión, especialmente por sus participaciones en Bailando por un sueño. "Si bien antes yo tenía mucho prestigio, me di cuenta que con el prestigio no comía. Y gracias a Marcelo Tinelli tuve esta popularidad, que me permitió contratos que me ayudaron mucho con mis dos escuelas de danza, una en Caballito y otra en Flores. O sea que el balance de Bailando... es más que positivo, si bien hubo tragos amargos, como la falta de respeto de dos personas. Fui la primera mujer que le puso un stop a Gerardo Sofovich y a Florencia de la V. No soporto la falta de respeto, por eso mantengo los juicios con ellos".

No hay comentarios.:

Publicar un comentario