Laura Fidalgo:“Si no fuera por Reina Reech, la Archimó no existiría”
(168 Horas – Paparazzi – lunes 20 de julio de 2009)
Laura está a full con los ensayos de su obra, pero cada semana se hace un tiempito para cuidar su salud y ese cuerpazo que Dios le dio. Por eso, como Moria Casán, visita el consultorio del doctor Mühlberger, en donde se somete al tratamiento de medicina ortomolecular.
Avanti morocha, no nos llueve tanto, no tires la toalla que hasta los más mancos la siguen remando”, cantaba, hace doce años, una joven bailarina en el departamento que alquilaba sobre la calle Esmeralda. Ella, que daba sus primeros pasos en la calle Corrientes, elegía esa melodía de los Caballeros de la Quema para darse aliento cada noche. Hoy en día, aquella mujercita que la peleaba en cada casting y era desconocida por el público, tiene su propia compañía de teatro. Ella es Laura Fidalgo, quien ha recorrido un largo camino hasta concretar uno de sus sueños, la obra Morocha Argentina, con la que planea recorrer el país a partir de agosto.
“Es un music hall basado en el canto, la danza y, sobre todo, en el humor. Estoy segura de que el público se va a sorprender cuando vea mi faceta más divertida, que era la que quería que descubrieran. A veces siento que estoy encasillada bajo el rótulo de bailarina clásica, y sé que puedo dar más que eso”, cuenta orgullosa.
–¿Se viene una nueva Fidalgo?
–No sé si nueva, pero voy a mostrar algo que no hice porque no me daban el lugar. Entonces, tuve que montar mi propia compañía para darme ese permiso que muchos no me dieron. Esta es la oportunidad para que la gente me vea tal cual soy. Trabajé mucho para llegar acá, porque no tengo un noviecito que me banque. Soy una obrera de mi trabajo. Imaginate que mi primer auto me lo pude comprar gracias a que gané jugando al básquet en Show- Match.
–Hablando de Tinelli, ¿cómo ves a la distancia los escándalos que rodeaban a Bailando por un sueño?
–Ojalá pudiera estar 24 horas bailando, y no me cansaría tanto como con la agresividad que hay a veces. El daño mental es peor que el físico, porque por lo físico descansas una hora, te tomas un antiinflamatorio y lo superas, pero cuando es mental… A veces, por ser correcta y simple, sos rara, pero si insultas o tenes un grupo alrededor chupándote las medias, sos una estrella. Como decía mi nono: este es el mundo del revés.
–¿Sirven los conflictos?
–Las peleas no me sirvieron en nada, porque sigo con los juicios a Gerardo Sofovich y Flor de la Ve. Por miedo, muchos dejaron en el olvido los juicios, pero yo no.
–¿Qué sentiste cuando te enteraste del distanciamiento entre ellos?
–Es su problema, prefiero no meterme. No quiero hablar pero no por el juicio, sino porque no me interesa para nada lo que pase entre ellos. Les tengo respeto, ya que son dos personas, pero es como todo: lo semejante atrae a lo semejante. Si en un comienzo no quise trabajar con ninguno de los dos, fue por algo.
–¿Cómo tomás que te comparen tanto con Valeria Archimó?
–Antes no ocurría porque Valeria no era conocida. Ella se hizo conocida con el Bailando y con el Patinando, donde Reina insistió para que esté porque es su madrina. Le tiene que agradecer eternamente a Reina, porque pidió mucho por ella y le dio una mano grande. Gracias a Reina, Valeria está en el medio, si no, no existiría. Ella es una bailarina excelente, no me molestan las comparaciones, pero yo hace doce años que estoy en el medio y ella empezó ahora. De verdad, me parece una excelente bailarina, pero bueno, el público es el que decide. Y no lo digo sólo por el Bailando. Sé que Valeria viene trabajando hace años en un montón de lugares y nunca había trascendido. Y gracias a Reina pudo asomar, entonces tiene que aprovechar.
–En lo personal, ¿tenés ganas de casarte y tener hijos con tu pareja, Juan Durán?
–Sí, lo hablamos. Es más, si fuera por Juan ya nos hubiéramos casado hace tres años. ¡Al año ya se quería casar! Me encanta la idea de formar una familia, pero bueno, no siento que tiene que ser ahora porque quiero lograr más cosas a nivel profesional. Cuando traiga un bebé al mundo lo quiero cuidar como me criaron mis viejos, que son mi modelo, y no dejarlo con la niñera.
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