Antes de que fuera una figura de Bailando por un sueño, e incluso antes de que debutara como vedette de la mano de Enrique Pinti en el teatro Maipo, Laura Fidalgo era una chica muy ocupada que balanceaba su incipiente carrera de bailarina con sus otros dos trabajos, que le permitían la continuidad de sus estudios artísticos.
La bailarina, que tuvo sus comienzos en el teatro Roma, de Avellaneda, debía levantarse a las 5 de la mañana para estar en el teatro a las 9. Por la tarde, daba clases de baile y cuando llegaban las 9 de la noche entraba a trabajar en un centro de atención telefónica de Belgrano, un Call Center para una empresa de asistencia médica. "Era muy aburrido, tenía que llamar usando la guía de teléfono", contaba la vedette durante una charla en la Universidad de Palermo sobre el género de Revista. "Vendía seguros de Emergencia S. A, no sé si alguna vez los habré llamado", sugirió risueña. Fidalgo estuvo 4 años en esa posición, que le permitió avanzar en los primeros pasos de su carrera.
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